Smart Contracts: ¿La Solución Definitiva para la Confianza del Consumidor en el E-commerce Peruano?
El comercio electrónico en Perú ha crecido de forma exponencial en los últimos años, especialmente impulsado por la pandemia de COVID-19. Solo entre 2019 y 2020, el número de compradores online pasó de 6 millones a 11.8 millones. Sin embargo, este crecimiento ha traído consigo un problema urgente: la creciente desconfianza del consumidor frente a las transacciones digitales.
Problemas del E-commerce y Limitaciones de la Regulación Tradicional
Los consumidores peruanos enfrentan diversos inconvenientes al comprar en línea. En 2020, Indecopi recibió más de 56,000 reportes y consultas relacionados con el comercio electrónico. Los principales reclamos fueron:
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No entrega del producto (56.26%)
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Falta de reembolso del dinero (14.65%)
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Pedidos incompletos
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Cancelaciones por falta de stock
A esto se suma el e-commerce transfronterizo, que ya representaba el 25% de las compras online en 2019. Muchas plataformas extranjeras incluyen cláusulas que excluyen la jurisdicción peruana, dejando a los consumidores desprotegidos y con pocas herramientas para reclamar efectivamente.
Aunque se han propuesto reformas como una ley específica de comercio electrónico, la regulación estatal tradicional enfrenta grandes limitaciones:
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Procesos administrativos lentos: en promedio, un procedimiento puede durar tres años.
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Alcance territorial limitado: no puede resolver conflictos con proveedores extranjeros.
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Falta de mecanismos automáticos y efectivos de protección.
La cooperación internacional, si bien relevante, depende en exceso de la voluntad política y no garantiza una protección inmediata para el consumidor.
Smart Contracts: Tecnología al Servicio de la Protección del Consumidor
Frente a estas limitaciones, una propuesta innovadora gana terreno: el uso de smart contracts y tecnología blockchain como mecanismo de autotutela y automatización de derechos del consumidor.
¿Qué es un Smart Contract?
Un smart contract es un programa informático autoejecutable que se aloja en una blockchain. A diferencia de los contratos digitales tradicionales, los smart contracts están escritos en lenguaje de programación y se ejecutan de forma automática e inmutable cuando se cumplen ciertas condiciones predefinidas.
La blockchain (cadena de bloques) es una tecnología de registro distribuido (DLT) que garantiza:
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Seguridad criptográfica
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Transparencia en las transacciones
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Imposibilidad de modificar los datos una vez validados
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Eliminación de intermediarios innecesarios
Beneficios Concretos para el Consumidor
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Seguridad y autenticidad del producto:
Grandes marcas como Zara o Moncler usan chips RFID vinculados a la blockchain para rastrear la cadena de suministro y verificar la autenticidad. -
Control de calidad automático:
Mediante sensores IoT, se puede monitorear la temperatura y condiciones de transporte (por ejemplo, en medicamentos), ejecutando el pago solo si se cumplen estándares predeterminados. -
Reembolso automático sin reclamos:
Se eliminan los trámites engorrosos para ejercer derechos. El contrato ejecuta directamente la acción pactada.
Caso de Estudio: Fizzy vs. Indecopi
Un ejemplo ilustrativo es el de Fizzy, una aplicación de AXA basada en Ethereum. Si un vuelo se retrasaba más de dos horas, el reembolso se realizaba de manera automática al cliente en menos de siete días, sin necesidad de presentar ningún reclamo.
Contrastemos esto con el caso de Indecopi vs. Latam Airlines en Perú (2017), en el cual la resolución por demoras y cancelaciones tomó más de tres años, evidenciando la ineficacia del modelo tradicional.
¿Tienen Validez Jurídica los Smart Contracts?
Sí. Ordenamientos jurídicos como el colombiano ya reconocen plena validez contractual y probatoria a los smart contracts, siempre que cumplan con los elementos esenciales: consentimiento, objeto lícito y forma.
Para resolver el problema del consentimiento en su ejecución automática, se propone un esquema de doble consentimiento:
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Un primer acto de voluntad para la celebración del contrato.
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Un segundo consentimiento preconstituido que autoriza su ejecución automática en caso se cumplan las condiciones pactadas.
Esto brinda seguridad jurídica y evita conflictos posteriores.
El Rol del Estado y del Abogado en la Nueva Era Digital
La adopción de estas tecnologías no debe ser solo una iniciativa del sector privado. El Estado debe actuar como facilitador mediante:
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Incentivos tributarios a empresas que adopten blockchain para proteger al consumidor.
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Promoción de estándares tecnológicos internacionales, como lo hace la OCDE o la Unión Europea, que ya apoyan la inteligencia artificial y blockchain como herramientas de protección automática.
Asimismo, los operadores jurídicos deben capacitarse. Iniciativas como el Centro para la Cuarta Revolución Industrial en Medellín (Colombia) o programas de formación en España ya están entrenando abogados en smart contracts y derecho digital.
Conclusión
Los smart contracts ofrecen una solución ágil, confiable y global para los problemas del e-commerce, especialmente en contextos donde la confianza del consumidor es baja y la protección legal es lenta o limitada.
Integrar esta tecnología puede revolucionar la experiencia del consumidor, reducir el número de reclamos, y garantizar la ejecución efectiva de los derechos sin necesidad de largos procesos judiciales o administrativos.
La clave está en la colaboración entre el mercado, el Estado y los profesionales del derecho. Solo así el Perú podrá avanzar hacia un modelo de comercio electrónico más seguro, eficiente y confiable.
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